¿Qué es la protección pasiva contra incendios?

Existen diferentes medidas que se aplican en los inmuebles para protegerlos contra incendios. Aquí entra la protección que se realiza desde el momento de la construcción y está pensada para evitar la propagación del fuego, hasta qué se apague por completo, por medio de equipos especiales. A continuación, te contamos más sobre qué es la protección pasiva contra fuego y qué tipos existen. 

¿Qué es la protección pasiva contra fuego?

La protección pasiva contra incendios es un conjunto de productos o sistemas que se aplican en el elemento de construcción, para prevenir o contener los daños producidos por el fuego. No requiere una intervención o accionamiento externo, pues al contacto con una fuente de calor elevada es capaz de activarse. Su propósito es detener la propagación de las llamas, los efectos térmicos en la zona y mantener la estabilidad de los elementos estructurales a temperaturas elevadas.

Tipos de protección pasiva contra incendios

Protección estructural

Como su nombre indica, ayuda a proteger los componentes esenciales de una estructura para evitar su colapso. También se le conoce como materiales intumescentes, que son aquellos que se colocan en el acero o concreto, como una capa de recubrimiento. Su función es evitar que las altas temperaturas del fuego afecten la estabilidad del inmueble, siendo capaz de expandirse al contacto con el calor, de 35 a 40 veces su tamaño.

Tratamientos ignífugos

Los materiales ignífugos son recubrimientos que inhiben la flama, es decir; son autoextinguibles. A diferencia de la protección anterior, esta se coloca en todo tipo de material, como madera, tela, papel, entre otros. Se colocan en aquellos lugares que requieran un refuerzo extra y no son especiales a la infraestructura, por lo que pueden colocarse incluso en los muebles de una edificación.

Evacuación de humos

Esta es una instalación que permite la extracción del humo en caso de incendio, permitiendo una ventilación natural. Se considera como protección pasiva contra fuegos, debido a que las llamas no son el único elemento que puede suponer un riesgo contra las personas. Cualquier incendio genera humo, que puede afectar el sistema respiratorio de forma grave.

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